Tres carreras universitarias en Chile que hoy tienen más demanda que ingenierías tradicionales

Tres carreras universitarias en Chile que hoy tienen más demanda que ingenierías tradicionales

La escena universitaria chilena siempre ha estado marcada por un imaginario: los futuros ingenieros como protagonistas del progreso, con casco en la cabeza y planos bajo el brazo. Sin embargo, las cifras más recientes del Ministerio de Educación y estudios difundidos por medios como BioBioChile muestran un giro inesperado. Tres carreras, que hasta hace poco parecían secundarias frente a las ingenierías tradicionales, hoy concentran mayor demanda, mejores ingresos y un horizonte laboral más seguro.

No es un capricho del mercado, sino el reflejo de un país que se digitaliza, envejece y se interconecta. La ironía es evidente: mientras algunos ingenieros buscan trabajo en un mercado saturado, profesionales de áreas menos glamorosas están siendo disputados como piezas de ajedrez en un tablero global.

Índice

Medicina y ciencias de la salud: la urgencia de un país que envejece

Chile envejece rápido. Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas, en 2050 más del 30% de la población será mayor de 60 años. Esa curva demográfica ha disparado la necesidad de médicos, enfermeros y especialistas en salud pública.

La carrera de Medicina mantiene una empleabilidad cercana al 98% al primer año de egreso, con ingresos que superan los $2.000.000 mensuales en promedio. Enfermería, por su parte, alcanza un 95% de empleabilidad y salarios iniciales que rondan el millón de pesos.

CarreraEmpleabilidad al primer añoIngreso promedio inicial
Medicina98%$2.000.000+
Enfermería95%$1.000.000 - $1.200.000
Ingeniería Civil Industrial85%$1.000.000 - $1.300.000

La paradoja es clara: mientras la ingeniería industrial, otrora estrella del mercado, enfrenta una leve caída en empleabilidad, las ciencias de la salud se consolidan como un refugio seguro.

Ciencia de datos e inteligencia artificial: el idioma secreto del siglo XXI

El segundo caso es menos evidente, pero igual de contundente. La carrera de Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial, que apenas hace unos años parecía un experimento académico, hoy se expande con fuerza. Universidades como la de Santiago y la Católica han abierto programas específicos, conscientes de que el país necesita especialistas capaces de interpretar y modelar información crítica.

El portal Mi Futuro indica que las carreras ligadas a la informática y la analítica superan el 90% de empleabilidad al primer año, con ingresos iniciales que oscilan entre $1.200.000 y $1.500.000.

Un estudiante entrevistado por BioBioChile lo resumía con ironía: “Es como aprender a leer el idioma secreto del mundo”. Y no exageraba. Los analistas de datos son hoy los traductores de un universo saturado de información, capaces de convertir patrones invisibles en decisiones estratégicas.

Pedagogía en educación diferencial: la demanda silenciosa

La tercera sorpresa viene del ámbito educativo. La carrera de Pedagogía en Educación Diferencial, históricamente relegada a un segundo plano, ha visto un aumento significativo en matrícula y empleabilidad. El motivo es doble: por un lado, la inclusión escolar se ha convertido en una política pública prioritaria; por otro, la escasez de profesionales especializados ha generado un mercado laboral casi garantizado.

Según cifras del Consejo Nacional de Educación, la empleabilidad de esta carrera supera el 90%, con ingresos iniciales que rondan los $900.000 a $1.100.000. Aunque no alcanza los niveles de Medicina, su estabilidad y proyección la sitúan por encima de varias ingenierías tradicionales.

Un director de colegio en Valparaíso lo explicaba con crudeza: “Podemos prescindir de un ingeniero comercial, pero no de un profesor que sepa trabajar con niños con necesidades especiales”.

Un cambio cultural y económico

La irrupción de estas tres carreras no es solo un fenómeno estadístico. Representa un cambio cultural profundo. Chile ya no mide el éxito profesional únicamente por el título de ingeniero. La salud, los datos y la inclusión educativa se han convertido en pilares de un país que busca adaptarse a los desafíos del siglo XXI.

La ironía es que, mientras algunos padres siguen empujando a sus hijos hacia las ingenierías clásicas, el mercado laboral premia a quienes se atreven a elegir caminos distintos.


Tres carreras —Medicina, Ciencia de Datos e Inteligencia Artificial, y Pedagogía en Educación Diferencial— hoy tienen más demanda que varias ingenierías tradicionales en Chile. No es una moda pasajera, sino el reflejo de un país que envejece, se digitaliza y busca ser más inclusivo.

El futuro laboral chileno no está escrito en planos ni en cálculos estructurales, sino en diagnósticos médicos, algoritmos y aulas diversas. Y quizás ahí radique la ironía más grande: las carreras que parecían secundarias son, en realidad, las que están escribiendo el nuevo guion del país.

Victor Alva

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